Suicidio por policia


Sabes lo que es el suicidio por policía??

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El siguiente video muestra a un grupo de policías acercándose a la puerta de un motel empuñando sus armas de fuego, para ayudar a un agente de fianzas a detener a Raymond Lee, de 54 años. 

Un oficial dice: "Raymond, sabemos que estás ahí. Sal con las manos en alto". El oficial de fianzas golpea la puerta y anuncia que está con el Departamento de Policía de Modesto. Después de otro intento de convencer a Lee de que salga, un oficial abre la puerta con la llave del hotel. Cuando se abre la puerta, una mujer cerca de la puerta levanta las manos y es expulsada de la habitación del motel.

La atención luego se dirige al baño, donde Lee sale lentamente, levanta el colchón cercano y saca lo que parece ser una pistola. Los oficiales luego abren fuego, disparan y matan a Lee.

Investigaciones posteriores revelaron que Lee sostenía un “arma de aire comprimido”.

 

Estas son imágenes de lo que parece ser un “suicidio policial”, es una práctica bastante extendida en Estados Unidos entre los pocos que no tienen un arma a mano. 

 

Estas son las instrucciones para ejecutar un “suicide by cop”, por si quieres acabar tus días de una forma folklórica y original:

 

1. Ponte delante de un policía y apúntale con una pistola imaginaria o de juguete.

2. El policía te gritará que tires el arma. 

3. No depongas tu actitud. Si le ves dudar hazte con un rehén*.

4. El agente se ve obligado a disparar a matar, así que… ¡chim pum!

 

*Procura que el disparo alcance un órgano vital o acabarás en una silla de ruedas. No intentes esto en España, Dinamarca o cualquier otro país civilizado, que acabarás hostigado por un equipo de psicólogos y asistentes sociales.

 

El “suicidio policial” tiene, además, sustanciales ventajas frente al suicidio en la intimidad. Este último permite que dejes escrita una carta repleta de reproches a familiares y exnovias, pero aquel además deja machacado de por vida a un policía.

Pero aunque el suicidio por policía es un fenómeno genuinamente americano lo cierto es que hunde sus raíces en otros siglos y latitudes. Según me entero en la siempre docta Wikipedia, el precedente más remoto que se conoce procede de una tribu del norte de África durante los estertores del Imperio Romano, en el siglo IV. Los “circumceliones” consideraban el martirio algo sagrado, de modo que se dedicaban a hostigar a las legiones romanas con espadas de madera, para así lograr ser torturados y ejecutados. Solo una tribu con un nombre tan ridículo pudo inventar una costumbre tan estúpida.

 

El suicidio por mano ajena está presente en muchas otras culturas, según cuentan los criminólogos Mark Lindsay y David Lester en el libro Suicide by cop. Así, en culturas donde el suicidio está mal visto, como la musulmana, el hombre que no quiere vivir más se convierte en un “juramentado” de la “yihad” y sale a matar cristianos hasta que cae en el combate. Aquí tenemos una interpretación revolucionara de los hombres-bomba en Oriente Medio: suicidio disfrazado de martirilogio (y pensión vitalicia para la familia, gentileza de Hammás).

 

Comportamientos parecidos se dan entre los jívaros y yanomamis del Amazonas, entre los berserk escandinavos y entre los navajos de Norteamérica. Pero mi favorita sin duda es el suicidio malayo, también conocido por síndrome Amok. En él el suicida se lanza a un raid criminal en el que mata a todo el que pilla por delante hasta que acaba abatido, sea por un policía o por el valiente de turno.